Sunday, June 17, 2007

El test Beneitez

¿En qué consiste el test Beneitez para control de poblaciones multiculturales? Bastante simple, aunque con algunos puentes lógicos bastante intrincados. Al encuestado se le cuenta una historia verídica muy simple. No cualquier historia verídica simple. Sino esta historia: la historia de cómo Paco de Lucía llego a ser un genio de la guitarra flamenca.
Resulta que el padre, cuando el pequeño Francisco con sólo diez años se atrevió a decirle que quería ser un gran guitarrista, le dijo: “¿De veras, Paquito, que eso es lo que quieres?”. El niño miró fijamente a su mentor y asintió. Entonces, el padre encerró al futuro genio de la guitarra flamenca en una habitación muy pequeña equipada solamente con una guitarra. Una habitación vacía de no ser por dos cosas: Paquito y su guitarra. Sin colchón, sin una silla, sin ventanas, pudiendo salir sólo para defecar, recibiendo ínfimas raciones de comida fría y agua una vez al día. “Si después de seis meses encerrado aquí sólo con tu guitarra, -dijo el padre a Paquito-, sales y sigues creyendo que lo que quieres es ser un gran guitarrista, entonces y sólo entonces, yo te ayudaré a conseguirlo”. Lo demás es historia.
Una vez que el encuestado escucha la historia, tiene derecho a pasarse una hora con una versión escrita, para poder repasarla y estar seguro de comprenderla. Pasada la hora de lectura y reflexión, se le hace al encuestado la única pregunta de la que consta el test. “Si usted estuviera obligado a decir en cuál de los tres personajes de la historia, -es decir, Paquito, su padre y la guitarra-, se siente usted mejor reflejado, ¿qué diría?. ¿Con cuál de esas tres fuerzas que componen la trama, (Paquito, su padre o la guitarra) cree usted que caza mejor su carácter, su identidad personal, su manera de estar en el mundo?”
Si el encuestado responde que Paquito es su mejor reflejo, se trata de un individuo medio, que podrá ser un poco mejor o peor en el futuro, pero que no llegará a ser ni un prohombre ni un bandido. El promedio moral, digamos. Se lo deja libre, que siga viviendo mientras pueda. Si el encuestado responde que el padre de Paquito es con quien se identifica, se trata de alguien con una ambición bastante más desequilibrada. Una persona que podría llegar a ser capaz de construir un mundo mejor o que intentándolo podría contribuir aún más sin querer a la debacle generalizada. En principio se lo vigilará durante una temporada, hasta comprobar que no es problemático. Pero si en cambio, el encuestado responde que él es como la guitarra de Paquito, entonces hay ordenes inmediatas de deshacerse de él y no dejar ni rastro.

3 Comments:

Blogger Xacinto said...

Ché, careta, ¿y qué pasa si uno se reflexiona a sí mismo como una santísimatrinidad-grunge-fascista y llega a la conclusión de que es Paquito, su viejo y el guitarro, todo en un mismo frasco? ¿Qué me decís a eso, psicoanalista del tedio post-operación-triunfo? ¡Qué complicados somos los humaaanos, boluuudo...!

P. D.: Capello es un genio. Santiago Segurola es un vasco pelotudo.

5:22 AM  
Blogger santiago gerchunoff said...

¿te estás burlando de mi o me parece? Creo que no entendiste nada. Deberías repasar las últimas encíclicas papales en lugar de vagabundear en mediocres blogs de pseudoliteratura latinoamericana. Los humanos son bastante complicados. Los traidores no tanto.

5:36 AM  
Blogger Xacinto said...

Vaya, vaya... Así que ahora el mundo vuelve a estar dividido entre buenos y malos, ¿eh? Y, ¡oh, casualidad!, tú estás en el bando guay.
En fin, suele pasar con los policías del alma que no quieren asumir que son policías del alma; y que tampoco quieren asumir que, de hecho, es bueno ser policía del alma, porque no se puede vivir como puré (aunque algunos quieran jugar a la psicodelia moral en sus ratos libres).
Sin más, tu sucio y humilde traidor.

7:02 AM  

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