Carta abierta a don Fernando Alonso
Querido Fernando: ¡qué grande eres! Te admiro globalmente, en todos los aspectos de tu personalidad de campeón. Porque yo creo que el verdadero campeón gana en la carretera, pero también gana en la carrera de la vida, se preocupa por los niños pobres y desempeña un maravilloso rol social, tal y como tu vienes haciendo, a pesar de tu corta edad, con esa sabiduría tan asturiana de la que, se nota, has sido embebido desde la cuna. Gracias por tanto también a tus progenitores, que deben sentirse partícipes sin duda y con todo derecho de tus podios.
Por todo esto, querido Fernando, por tener tan buena relación con los humildes mecánicos de tu escudería, por ser tan guapo, por tu fidelidad a Michelin y tu comprometido NO a Bridgestone, por levantarte tan temprano cada mañana para recorrer a pie, tomando notas, con toda profesionalidad, cada pit lane que se avecina en tu meteórica carrera; por todo esto, fenómeno, maestro guía, gran Fernando, por tantas poles positions y chicanes superadas, por todo quiero prestarte mi apoyo de corazón y hacerte saber cuánto siento lo de tu actual situación de decadènce sexual.
Qué terrible debe ser llevar media vida sin que se te ponga dura, sin poder saciarte. ¡Qué terrible, ver a toda una escudería, a un ejército de empleados que te adoran, queriendo ayudarte sin conseguir nunca resultados! No debe ser nada lindo que tu jefe, el bravísimo Flavio Briatore te invite a su yate y contrate escuadrones de putas de lujo ataviadas con lencería fina para ver si te animas, y constatar al final que tu micropene sigue siempre arrugadito. Qué vergüenza debes sentir cuando tus lacayos te preparan kilos de la mejor coca, junto a cócteles de viagra y absenta, para nada, y comprobar que incluso con adolescentes suecas, negras y chinas lamiéndote el ano y las pelotas...tu miembro rehusa despertar.
Pero no desfallezcas querido amigo, nadie es perfecto, nadie está obligado a ser feliz, ya lo dijo Rafa Nadal. No dejes de ser tu mismo jamás, porque aquí tienes todo el apoyo del mundo, para culquier cosa, para lo que quieras...
Y no, no hagas caso a la chusma: un gran campeón como tú, también tiene derecho a ser desgraciado y a estar solo. No tienes por qué participar de esos montajes periodísticos en los que sales enamorado de un enano berreador (diseñado por Globomedia music) conocido popularmente como "la cantante del sueño de Morfeo". Por favor, no pierdas tu dignidad. Y si ves que la única salida es ser misericordioso con tu neurona, con esa pobrecita que es testigo trágicamente privilegiado de tu terrible tara, de tu insoportable inexistencia de eunuco campéon de fórmula uno; no lo dudes, sé valiente, danos un respiro, sé libre... acaba con tu agonía.
Piensa qué bella y última experiencia puede ser para tí desvanecerte lentamente en un sueño de cientocincuenta valiums, en el que te figuras habiéndote desecho de tu cuerpo, para ser eternamente UNO tu alma y tu bólido de F1, sin intromisión ya de esa carne flácida que es tu prisión.
Si necesitas ayuda no dejes de escribirme a la siguiente dirección:
autolisisasistida@grandmail.com
(te mando las pastillas contrareembolso, sin problemas)
Un besazo de parte de todo el equipo que hace "No dones el hígado, careta", campeón.
Por todo esto, querido Fernando, por tener tan buena relación con los humildes mecánicos de tu escudería, por ser tan guapo, por tu fidelidad a Michelin y tu comprometido NO a Bridgestone, por levantarte tan temprano cada mañana para recorrer a pie, tomando notas, con toda profesionalidad, cada pit lane que se avecina en tu meteórica carrera; por todo esto, fenómeno, maestro guía, gran Fernando, por tantas poles positions y chicanes superadas, por todo quiero prestarte mi apoyo de corazón y hacerte saber cuánto siento lo de tu actual situación de decadènce sexual.
Qué terrible debe ser llevar media vida sin que se te ponga dura, sin poder saciarte. ¡Qué terrible, ver a toda una escudería, a un ejército de empleados que te adoran, queriendo ayudarte sin conseguir nunca resultados! No debe ser nada lindo que tu jefe, el bravísimo Flavio Briatore te invite a su yate y contrate escuadrones de putas de lujo ataviadas con lencería fina para ver si te animas, y constatar al final que tu micropene sigue siempre arrugadito. Qué vergüenza debes sentir cuando tus lacayos te preparan kilos de la mejor coca, junto a cócteles de viagra y absenta, para nada, y comprobar que incluso con adolescentes suecas, negras y chinas lamiéndote el ano y las pelotas...tu miembro rehusa despertar.
Pero no desfallezcas querido amigo, nadie es perfecto, nadie está obligado a ser feliz, ya lo dijo Rafa Nadal. No dejes de ser tu mismo jamás, porque aquí tienes todo el apoyo del mundo, para culquier cosa, para lo que quieras...
Y no, no hagas caso a la chusma: un gran campeón como tú, también tiene derecho a ser desgraciado y a estar solo. No tienes por qué participar de esos montajes periodísticos en los que sales enamorado de un enano berreador (diseñado por Globomedia music) conocido popularmente como "la cantante del sueño de Morfeo". Por favor, no pierdas tu dignidad. Y si ves que la única salida es ser misericordioso con tu neurona, con esa pobrecita que es testigo trágicamente privilegiado de tu terrible tara, de tu insoportable inexistencia de eunuco campéon de fórmula uno; no lo dudes, sé valiente, danos un respiro, sé libre... acaba con tu agonía.
Piensa qué bella y última experiencia puede ser para tí desvanecerte lentamente en un sueño de cientocincuenta valiums, en el que te figuras habiéndote desecho de tu cuerpo, para ser eternamente UNO tu alma y tu bólido de F1, sin intromisión ya de esa carne flácida que es tu prisión.
Si necesitas ayuda no dejes de escribirme a la siguiente dirección:
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(te mando las pastillas contrareembolso, sin problemas)
Un besazo de parte de todo el equipo que hace "No dones el hígado, careta", campeón.
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