El hijo intelectual del votante de Felipe
Cuando el hijo intelectual del votante de Felipe se rebeló
ya tenía 40 y malfingía silbar las melodías tristes del neocantautor
desafinado.
Logró mantenerse muchos años en el lado pureta de la vida el
hijo intelectual del votante de Felipe: el ciclo era guapo, daba hasta para no
votar.
Fucolt,
Negri, Agamben, Laclau, Zizek. El hijo intelectual del votante de Felipe
es sofisticadito buscando legitimación.
No hay mayor enemigo que Felipe para el hijo intelectual del
votante de Felipe.
No sabe leerse en un
lugar que no sea el de víctima el hijo intelectual del votante de Felipe.
"Élite", "Común",
"Gentrificación" son ejemplos de palabras rendidoras en la nebulosa
dieta ideológica del hijo intelectual del votante de Felipe.
No es raro que el hijo intelectual del votante de Felipe
viva en la segunda vivienda que sus padres compraron para ahorrar.
El hijo intelectual del votante de Felipe disfruta igual que
vos y yo cuando cambia su smarfon por 0 € y flipa con la velocidad renovada.
De pibito amaba a los
Pixies y ahora dice que le gusta sobre todo
la cumbia villera.
Sí, la cumbia villera.
Ejem.
Pero al fin y al cabo, el hijo intelectual del votante de
Felipe solo clama por un poco de épica. No es para tanto. Hay que entenderlo.
Busca nuevos modelos de paternidad el hijo intelectual del
votante de Felipe; habla en femenino para que las compas no se enojen.
Ama las caminatas por la montaña y nunca se pegó con nadie.
"Virgencita, virgencita que me quede como estoy, que me
quede como estoy..." se descubrirá murmurando a los 60 en su insomnio
incurable el hijo intelectual del votante de Felipe.