Friday, June 17, 2011

Cotorra en falsete



Hay un nazismo de la felicidad en algunos muchachos cultos que tuitean.

Nombran mucho fiestas a las que van. Usan “triste” como el peor de los insultos. Huyen del narcisismo y de la psicosis. Fingen desdeñar el lado bello de lo patético y su necesidad.

Su comprensible rechazo a lo académico y al componente elitista de lo vanguardista, los ha arrastrado a ser vanguardistas culposos: populistas irónicos.

Producto todo de la vergüenza por ser tan ilustrados como son en un país tan pobre.

Hablan todo el tiempo de política y militan mas que nada en talleres literarios. ¿Hay un censo porteño de talleres literarios? ¿Qué dice de una ciudad un alto índice de talleres literarios? ¿Algo bueno?




Ah: algunos todavía escriben “poemas”.
Sí.

Son esos escritores que de colocar estas líneas
como si fueran versos
así, escribiendo para abajo,
las llamarían “poema”
reduciendo lo poético
a la disposición en una página
de sus flácidas ocurrencias sociológicas
con la arquitectura visual más o menos típica
y la cómoda irrefutabilidad
de las obras poéticas

nimio y merecido destino
para la afeminada poesía
iberoamericana
siempre tan llena de luz y
tan boba




Y yo
     [[que nunca me someteré
                                 llamando poema
                                              a ninguna configuración visual
                                                                          más o menos piola]]

soy peor
cada vez

trabajo menos

miento mas
confío menos

estoy mas confuso
mas inquieto y mas estático

al final

aprendo poco
y olvido mas

y aunque nada de esto
me parece digno de mención

lo escribí

y vos
     [[que por algún estúpido error de cálculo estás acá]]

te lo chupaste