Saturday, May 10, 2008

Wittge

Tengo problemas para escribir este diario. Mi mujer me coarta. Me dice, “vamos artista, a dormir que mañana tienes que ir a entrenar”. Sí, ser un futbolista holandés en un equipo escocés de medio pelo, no dice demasiado a favor de mi carrera artística. Pero, como diría un personaje de una película de lucha y redención por el éxito, “tengo proyectos”, y no los abandono

En el equipo tengo una posición ganada. Empecé de suplente. Vine como wing izquierdo, de la escuela Overmars y estuve recluido en el banco salvo finales de partidos ya ganados o ya perdidos en los que entraba y nunca lograba mostrar mi talento.

Un día, el ayudante de campo del técnico francés que tuvimos en mi tercera temporada, me aconsejó trabajar en mis características defensivas para aspirar al lugar de marcador de punta izquierdo. Ahí no había un titular indiscutible, solvente y tenía una oportunidad. Y agarré viaje. Ejercité la contundencia en el despeje, el relevo a los centrales y la salida rápida y simple por la banda. Desde hace ya dos años, soy un fijo como lateral izquierdo; incluso llevo el 3 en mi camiseta.

Con lo que gano podemos estar tranquilos y ahorrar bastante. Mientras, preparo mi futuro con estas notas. “Un futbolista holandés en Glasgow”. Tomar notas sobre la vida aquí, sobre la relación de los escoceses con los extranjeros, con el fútbol, con el whisky. Ofertarme después en el periódico de La haya como un cronista especial. Sí, mi amigo Peña, el boliviano, tendría más posibilidades de llamar la atención con algo análogo: “Un lateral derecho boliviano en Glasgow”. Pero Peña es un sin vergüenza, como todos los latinoamericanos que conozco. No es que haga grandes derroches, ni que tenga muchas mujeres. Pero está cautivado por la tecnología a la que tiene acceso sin restricciones. La playstation y la pornografía son los dos pilares de su vida fuera del fútbol. Cuando lo escucho hablar, por lo poco que es capaz de decir con sentido, intuyo que su mentalidad es bastante común entre los jóvenes europeos. Igual, la verdad que Peña es un tipo macanudo.

Bueno, ahora me voy a hacerle el amor a mi mujer; para mañana, (si les interesa mi diario) les prometo otro granito de arena; mejor dicho, otro granito de cultura.