Monday, May 28, 2007

Breve historia de la NASA (narrada por Guillermo Karadagian)

1
Ha nacido la NASA. Porque no hay tiempo oscuro que no vaya seguido de luz, ha nacido la NASA. Parece mentira que esos mismos seres que antaño se arrastraban envidiosos por encima y por debajo de los demás, pisoteando a pesar de ser aplastados, dando zarpazos, destruyéndose los unos a los otros, sean también los fundadores del ente que hilará la aparente telaraña de sin-sentidos en un enorme, cósmico collar de SENTIDO. Así, hacia delante, ¡por fin hemos dado el primer paso verdadero!:
¡Ha nacido la NASA!


2
La NASA crece robusta. No se puede descansar ahora, no se puede renunciar a la continuidad de la forja, de la alimentación iniciática. El bebé debe ser amamantado hasta que aprende a sonreír sin ayuda de la mamá. Los cimientos de la NASA ya sostienen con fuerza nuestra ilusión y no bajaremos los brazos hasta verla sonreír solita. Aún no hay resultados, aún no comparece esa evidencia burda del éxito encaramado requerida por los incrédulos, los desconfiados, los poca cosa, los cavernícolas que lamentablemente todavía nos rodean. Pero la NASA crece robusta.


3
La NASA nos está liberando. Pasan los días y los ejércitos de bobitos criticones se disgregan tímidos, con la boca bien cerrada; tal es el embrujo de toda verdad grande como la NASA. Ya podemos trabajar tranquilos en la conquista del universo, hasta los más retorcidos se inclinan ya ante la NASA.


4
La NASA nos organiza. Hace los días más fáciles, las noches más dulces, llena nuestras calles de enamorados y nuestros edificios de oficinas de muchachos dispuestos y hacendosos. La NASA está poniendo orden, sin recurrir nunca a la mano dura, convirtiendo el futuro en manjar divino, suavidad pura, delicia casi presente.


5
Ya no tiene fronteras la NASA. Ya no hay hombre primitivo, no hay más países, sólo hay astrofísicos y la NASA. Nunca el círculo estuvo tan cerca de cerrarse. No hay oposición posible, la NASA lo es todo.


6
No por fina fisura se rompe un gran cristal. Sí, es cierto, parte de su esencia es la fragilidad, pero esta sólo es el testimonio de lo improbable, de lo milagroso de su existencia. La NASA parece frágil por lo insólita que es su existencia. Pero la NASA obtendrá alimento de las puñaladas de los resentidos, de los incapaces, de los indignos. La NASA se nutre de su propia sangre, la NASA acepta sus heridas, las ama, porque de una herida nació.


7
La NASA ha superado ya la materialidad. No está en ninguna parte, no se ve, pero es más grande que nunca. Sucede que la NASA se hizo tan pero tan libre que llegó a despojarse también de las cadenas de la localización. Al fin y al cabo la NASA existe para el espacio, pero desde fuera de él.


8
El sufrimiento de los virtuosos es honor. El dolor de la NASA la hace aún más grande. La están aplastando, sí, la están encumbrando. La NASA da unos pasos atrás cuando parece que el fin se aleja por la férrea oposición de los necios, pero lo NASA vuelve a caminar de frente siempre que puede ver, aunque sea de reojo, algo del espacio, un trozo de futuro.


9
La NASA resiste. Se desvanece por momentos, pero se reintegra rápidamente a nuestras mentes y nos conduce otra vez por la buena senda. Los políticos están tramando algo, pero la NASA resistirá. Después de todo, siempre se ha sabido “la única flor del basural”.




10
El egoísmo avanza, la NASA retrocede. Hemos tenido que recluirnos. La NASA ha sido demasiado sensible, no está soportando tanta mezquindad. Los gobiernos se han confabulado, las empresas se han oligopolizado y nos asfixian. La NASA duda, por ahora sigue respirando.


11
El sueño no pudo ser, el gris prevaleció, seguiremos confinados en un pequeño rincón de ese cosmos que añoramos como si nos perteneciera, pero cuyo acceso, con nuestra horrible estupidez, nos hemos negado.
La NASA ha muerto.

Monday, May 21, 2007

Un cafecito para Dana

Cuando Dana Elcar despertó, se despertó sabiendo un par de cosas nuevas. En su sueño había visto una paloma caminando por la vereda de su casa en Ventura y tamaña sorpresa se había llevado al observar que no caminaba como una paloma, sino que más bien paseaba como si fuera una monja renga y puta, al pedo por la vida. Dana no recuerda el enlace lógico con la paloma, pero sabe que en el mismo sueño se daba cuenta que su vida no había sido un malentendido sino un sobreentendido y también se daba cuenta que había algunos pensamientos que era imposible que él pudiera tener. Pensamientos sobre él, pero que él nunca iba a conocer. Y después, en el mismo sueño aún, esta vez con un enlace lógico con lo anterior que Dana recuerda perfectamente pero que nunca confesará, vio a un niño chino mirando Macgyver y lo vio descomponerse y vomitar sobre el almohadón , y supo que el capítulo que estaba mirando el chinito era uno de esos en los que Pete traiciona a Macgyver.